Es bastante caro y costosos pero sobre todo no fácil, reparar los daños producidos a las costas por las descargas accidentales de petróleo crudo en el mar. Pero aun más difícil se ha revelado, la tarea de evitar los estragos de las aves marinas, como consecuencia de la contaminación con petróleo de la misma superficie del agua.
Las aves son las más afectadas, por su contacto directo de su cuerpo al agua y vegetación contaminada.
Las aves impregnadas por contacto con la superficie marina contaminada no sobreviven mucho. Su plumaje pierde la impermeabilidad, factor vital, dadas sus costumbres. Los pájaros marinos no logran flotar y sus poderes de termorregulación se ven alterados por la incompleta capa protectora de aire entre cuerpo y plumaje, capa que en el animal sano está completa y asegurada por la secreción hidrorrepelente y por la estructura física de las plumas.
La hidrorrepelencia de las aves marinas no se debe solo a la secreción untuosa que protege las plumas sino también a la estructura fina de las mismas plumas. El contacto con el petroleo provoca relevantes alteraciones, que no son fáciles de eliminar ni aun con las más atenta limpieza.
El derrame de hidrocarburos produce daños irreversibles sobre la fauna marina.
Efectos del transporte de petróleo: el transporte de hidrocarburos es el que ha producido los mayores accidentes con graves consecuencias ecológicas.