Además de los virus, responsables de muchos casos de hepatitis, entre los otros numerosos agentes portadores de enfermedades, en el agua hay de todo: insecticidas, el cadmio, el zinc, el niquel, el vanadio y sus derivados, cianuro y fluoruros, productos ácidos y alcalinos, arsénicos, que en parte proviene de la industria y en parte de los detergentes.El arsénico es un veneno que se acumula en el organismo. Cuando penetra en él, permanece y aumenta de continuo.
En las aguas de muchos lagos, por ejemplo, se empieza por encontrar mercurio, que aunque no está presente en cantidades muy fuertes penetra en los peces. Estos concentran el mercurio y cuando el hombre come pescado lo ingiere también. El mercurio envenena el organismo, destruye las células cerebrales y también los riñones. Es muy difícil determinar cuando empezó en el cerebro un proceso destructivo, pero cuando finalmente se le descubre es demasiado tarde.
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