
En medio de la soledad, de la tristeza y de la desesperanza, se encuentran, hombres y mujeres que han mostrado comportamientos que lastimaron o atentaron contra otros seres humanos.
Dentro de las formas que nuestra sociedad ha encontrado para regular el comportamiento de estos seres, se cuenta con la figura de las cárceles... de sobra sabemos que son muchas las personas que no son culpables de ningún crimen.
De las personas que se encuentran ahí, de forma particular los jóvenes, existe la posibilidad, el derecho de soñar en construir una vida digna. Dejarse guiar por personas que ayuden a transitar por el camino del bien, de la esperanza, de la libertad, es bueno... y es un derecho que le asiste a todo ser humano.
Sea lo que sea, la razón que sea, todo ser humano tiene derecho a un trato digno y a la posibilidad de reconstruir su vida. No les abandonemos.
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